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La Coleccion de Hermann y Margrit Rupf

Release Date: 11 Nov 2016

• Fechas: 11 de noviembre, 2016 a 23 de abril, 2017

• Comisarias: Susanne Friedli, Fundación Hermann y Margrit Rupf, y Petra Joos, Museo Guggenheim Bilbao

• Apenas existe diferencia entre la fecha de creación y la fecha de adquisición por parte de Hermann Rupf de obras de artistas como Picasso, Braque o Derain, a quienes trató personalmente en el comienzo de sus carreras.

• Los Rupf mantuvieron una estrecha amistad con artistas como Vasily Kandinsky y Paul Klee, quien obsequiaba a Hermann y Margrit Rupf con obras dedicadas en fechas señaladas como cumpleaños y navidades.

• La Fundación Rupf continúa ocupándose hoy de ampliar la colección con el arte contemporáneo más reciente, sin perder de vista el núcleo de la colección de arte reunida a lo largo de su vida.

• Es la vez primera que esta colección, compuesta por una amplísima selección de obras realizadas entre 1907 y 2016, viaja a España.

El Museo Guggenheim Bilbao presenta La Colección de Hermann y Margrit Rupf, una exposición que reúne 70 obras de artistas clave de la historia del arte de la primera mitad del siglo XX como Pablo Picasso, Georges Braque, Juan Gris, Fernand Léger, Paul Klee o Vasily Kandinsky, en diálogo con obras de artistas contemporáneos desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. En

1963, un año después de la muerte de Hermann Rupf fue posible adquirir la obra de Henri Laurens Frutero y pipa (Compotier et pipe), de 1918 para completar el ya nutrido grupo de esculturas y trabajos en papel de ese artista. En 1964 se compró un relieve de Hans Arp (sala 307).

En la década de 1990, la colección ya existente se amplió con obras de artistas estadounidenses como Donald Judd (sala 307) Joseph Kosuth, Brice Marden, Ad Reinhard y James Turrell, y europeos como Piero Manzoni (sala 307), Enrico Castellani (sala 307), Lucio Fontana (sala 307) y Christian Megert (sala 307), entre otros. Se logró reunir un grupo de obras de representantes del Minimalismo y del Movimiento ZERO, respectivamente, que hoy en día, se revela como una interesante continuación de la colección Rupf original, ya que en las primeras etapas de actividad de la colección se aprecia una innegable preferencia por la tradición del arte constructivista y conceptual.


Con la creación en 1954 de la Fundación Rupf se garantizó la conservación, consolidación y expansión de la colección. Así, continúa ocupándose del arte contemporáneo más reciente, sin perder de vista el núcleo que conforma la magnífica colección de arte reunida por Rupf. Esta exposición pone de manifiesto la coherencia y evolución de la Colección de Hermann y Margrit Rupf como reflejo del arte de su tiempo.

Es la vez primera que esta colección viaja a España, con una amplísima selección de obras realizadas entre 1907 y 2016.

RECORRIDO POR LA EXPOSICIÓN Sala 305

En esta sala pueden observarse algunas de las primeras pinturas que Hermann Rupf adquirió, entre

1907 y 1908, en la galería parisina de su amigo Daniel-Henry Kahnweiler. Además se incluyen los tres retratos de Kahnweiler realizados en 1957 por Picasso.

Ambos se formaron en el Commerz-und Disconto-Bank de Frankfurt. Mientras entre 1902 y 1904

Kahnweiler continuaba su formación en París como pasante de un corredor de bolsa, Rupf comenzó a trabajar en la empresa Jacques Meyer Fils & Cie (en la actualidad, las Galerías Lafayette). A los dos les unió desde el principio el interés por la literatura y la música, y ambos asistían a numerosas funciones teatrales y conciertos. Pasaban mucho tiempo en el Louvre y en diversos salones, fascinados tanto por el arte clásico como por el moderno. Tras una nueva estancia en el extranjero, en esta ocasión en Londres, Rupf regresó a su Berna natal en 1905 y se incorporó al negocio de mercería y pasamanería del su cuñado, Ruedi Hossmann, del que pasó a ser socio en 1908; en adelante, la empresa se denominaría "Hossmann & Rupf". Casado en 1910 con Margrit Rupf, se guio por su propio criterio a la hora de adquirir las obras de su Colección, aunque el marchante de arte parisino y amigo personal Daniel-Henry Kahnweiler desempeñó un papel fundamental en la formación de la colección. A través de su galería se pudieron incorporar conjuntos de obras de Fernand Léger (sala 306), Juan Gris (sala 306) y posteriormente de André Masson. Como atestiguan las cerca de 800 cartas que se conservan, Hermann Rupf y Kahnweiler mantuvieron una amistad a lo largo de toda su vida.

Durante los viajes de trabajo que Rupf realizaba a París para ampliar el surtido de su mercería con accesorios de moda, aprovechaba para reunirse con Kahnweiler en su galería y en ocasiones le acompañaba en sus visitas a los artistas. Ya en 1907 comenzó a adquirir obras de Pablo Picasso, Georges Braque y de artistas del Fauvismo, como Othon Friesz o André Derain.

Entre sus primeras adquisiciones se encuentran Cabeza de hombre (Tête d'homme) de Picasso de

1908 así como la obra Casas de L'Estaque (Maisons à l'Estaque) de Georges Braque, llevada directamente por el artista desde L'Estaque, en el sur de Francia, donde había vivido una temporada, a la que sería su primera gran exposición en la galería de Kahnweiler.


En los siguientes años, Rupf fue poco a poco ampliando la colección con obras de Picasso, Braque, André Derain, Juan Gris y Maurice de Vlaminck. Hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial, su colección fue creciendo y se convirtió en un selecto conjunto de casi treinta obras, en su mayoría cubistas.

Cuando comenzó el conflicto bélico, el galerista parisino aceptó la invitación de Rupf y se quedó en Berna hasta el final de la contienda. Durante su exilio, Kahnweiler escribió varios textos sobre filosofía y teoría del arte y entabló relaciones con figuras importantes de la época, como Hans Arp, que por aquel entonces residía en Zúrich (sala 307).

Una mención especial en esta sala merece la obra de Florian Slotawa Pedestales de Berna (Berner Sockel) de 2010. El artista estudió detenidamente la colección de Hermann y Margrit Rupf, así como su historia, y escogió cuatro esculturas: Torso-hoja (Blatt-Torso, 1963), de Hans Arp; Margrit Rupf-Wirz (1922), de Max Fueter; Desnudo arrodillado (Nu agenouillé, 1929), de Henri Laurens; y Vaca tumbada (Liegende Kuh, 1925), de Ewald Mataré. Para cada una de estas cuatro piezas, representativas de la Colección Rupf, Slotawa ideó un pedestal configurado con muebles que originalmente formaron parte del hogar de la pareja de coleccionistas.

Sala 306

En los años posteriores al fin de la Gran Guerra, los Rupf pudieron continuar ampliando su colección. A comienzos de la década de 1920, se incorporaron las últimas obras de Georges Braque (sala 305), André Derain (sala 305), Juan Gris (sala 206), Henri Laurens (Sala 306), Fernand Léger (sala 306), Paul Klee (sala 307) y Louis Moillet (sala 307). Al igual que en la época anterior a la contienda, durante este período tampoco existe apenas diferencia entre el año de creación y el año de adquisición de las obras por parte de los Rupf.

A partir de ese momento, Kahnweiler no lograría mantener vinculados a su galería a todos los artistas con los que colaborara antes de la guerra. Sin embargo, no tardó en conseguir nuevos artistas como es el caso de Paul Klee, cuya representación en el extranjero asumió en 1933 gracias a la mediación de Rupf.

En esta sala se puede observar la evolución artística de Juan Gris desde 1913 hasta 1925, junto a una obra de Picasso también de 1913, Violín colgado en la pared (El violín) [Un violon accroché au mur (Le violon)], que no se ha podido ver fuera del Kunstmuseum Berna desde 1941, cuando viajó al MoMA. Se establecen vínculos también con otros artistas, como Fernand Léger en Contrastes de formas (Contrastes de formes), también de 1913, o Henri Laurens, cuyas obras presentes en la exposición ilustran una parte de la evolución de su obra escultórica: tras sus comienzos cubistas, Laurens pasó a trabajar con formas voluminosas y se centró en la figura femenina.

Sin título n.º 85–065 (Untitled no.85–065, 1985) de Donald Judd es una escultura abstracta de aluminio montada en la pared, que forma parte de una serie de obras modulares de vivos colores


realizados entre 1983 y 1990. Todos los módulos tienen la misma altura, profundidad y anchura, y en ellos trató expresamente de evitar combinaciones de colores "armoniosas" o "disonantes".

Sala 307

Los Rupf mantuvieron una gran amistad con Paul y Lily Klee, y a partir de 1913 adquirieron obras de Klee regularmente. Tras la clausura de la Bauhaus de Dessau, donde enseñaba, siendo considerado por los nazis un "pintor degenerado", Paul Klee se volvió a establecer en Berna. Un ejemplo claro de su estrecha relación es el hecho de que el artista obsequiaba a Hermann y Margrit Rupf con obras dedicadas en fechas señaladas como cumpleaños y navidades.

Asimismo, los Rupf fueron mecenas de numerosos artistas, científicos y músicos de la ciudad de Berna. Hermann Rupf fue un activo crítico de arte y jugó un papel relevante en el desarrollo del gusto por el arte contemporáneo. Entre los años 1909 y 1931, escribió críticas para el semanario socialdemócrata Berner Tagwacht, que se dirigían contra la política cultural conservadora de la época y reclamaban una mayor comprensión del arte contemporáneo.

Rupf compró por vez primera directamente a Klee una serie de dibujos en 1914, y entre 1931 y 1933 perteneció a la Sociedad Klee, creada en los años 20 para garantizar al artista ingresos adicionales mediante aportaciones de, al menos, 50 marcos imperiales, a cambio de poder adquirir obras del artista en condiciones especiales.

En 1940, cuando Klee falleció tras una larga enfermedad, el matrimonio Rupf poseía 26 de sus obras. A partir de ese momento fue la viuda del artista, Lily Klee, quien quedó al cargo de su legado, del que Rupf adquirió 17 obras más hasta la muerte de ésta en 1946.

Gracias a la relación con Klee, a principios de la década de 1930 el matrimonio Rupf entró en contacto con Vasily Kandinsky y su esposa, Nina. Al igual que Klee, Kandinsky también había sido profesor en la Bauhaus de Dessau. El primer encuentro entre los Kandinsky y los Rupf se produjo en

1933 aunque inicialmente no fue el arte lo que les unió, sino la ayuda por parte de Rupf en cuestiones económicas. En 1934, Kandinsky regaló a su "asesor financiero suizo" Rupf la acuarela Sonido sonoro (Klangvoll, 1929), como muestra de agradecimiento por su ayuda. En los años siguientes se fraguó entre ambos matrimonios una estrecha amistad, que Nina Kandinsky mantuvo tras la muerte de su esposo en 1944. No sin dificultad llegan las dieciséis obras (de las cuales podemos apreciar cinco en esta sala) de Kandinsky a la Colección de Hermann y Margrit Rupf, pues en vida del artista el matrimonio solo adquirió un cuadro, que compró en otoño de 1935: Tensión tranquila (Tension tranquille), creado ese mismo año. Las obras de la exposición datan del periodo comprendido entre 1916 y 1940, que abarca su creación desde su regreso temporal a Rusia hasta su obra más tardía, surgida en París.

Dentro de la colección ocupan un lugar especial dos obras adquiridas por Rupf en 1939 en una subasta histórica de "pinturas y esculturas de maestros modernos procedentes de museos alemanes"

—consideradas como "arte degenerado"— celebrada en Lucerna. En un principio, Rupf se mostró


dubitativo ante Kahnweiler, según se deduce de sus propias palabras: "En relación a la venta de cuadros alemanes de Lucerna, soy de la opinión de que nadie debería pujar, para que esa cuadrilla no tuviera más que gastos y no vendiera nada. Sería estupendo. O, si fuera posible, que todos los

cuadros se adquirieran a precios sumamente bajos, que no hubiera pujas altas. Pero eso no se puede organizar de antemano". A pesar de sus dudas iniciales, finalmente se hizo con dos obras, Terraza

de verano (Gartenrestaurant, 1912) de August Macke, y Vaca tumbada (Liegende Kuh, 1925) de

Ewald Mataré (sala 305). Para Rupf esta adquisición tenía un valor especial, al haber reunido en su colección a los tres "amigos artistas" —Klee, Macke y Moillet— que emprendieron juntos en 1914 un célebre viaje a Túnez.

En esta sala se remarca que la colección Rupf existente no debía considerarse como algo cerrado, sino que debía continuar evolucionando. Obras de Hans Arp, Meret Oppenheim, Lucio Fontana o del Grupo ZERO, entre otras, cierran y completan la muestra.

DIDAKTIKA: Los Rupf, Espíritus libres

Como parte del proyecto Didaktika que complementa las exposiciones, se presenta junto a la muestra un espacio didáctico en el que los protagonistas absolutos son Hermann y Margrit Rupf. Se ofrecerá información sobre el la filosofía aperturista y el peculiar estilo de vida de la pareja de origen suizo, así como de sus gustos artísticos, y se podrá disfrutar de imágenes documentales, de carácter personal y también de su ámbito profesional, que reflejan el espíritu moderno de ciudades como París o Berlín.

Actividades

Conversación Descubre los Rupf

Miércoles 9 de noviembre

Charla con Susanne Friedli, comisaria de la exposición, sobre el coleccionismo y el espíritu libre de los Rupf, seguida de encuentros exprés con varios artistas participantes en la muestra.

Lugar y hora: Auditorio del Museo, 18:30 h. Con interpretación simultánea al español. Entradas gratuitas disponibles en taquillas y en la web del Museo.

Reflexiones compartidas

Descubre la nueva exposición, los entresijos del montaje y otras curiosidades en estas visitas únicas realizadas por profesionales del Museo.

Visión curatorial

• La colección de Hermann y Margrit Rupf: miércoles 23 de noviembre. Petra Joos, Comisaria de la exposición.

Conceptos clave

• La colección de Hermann y Margrit Rupf: miércoles 7 de diciembre. Luz Maguregui, Coordinadora de Educación.


Punto de encuentro y hora: Mostrador de Información, 18:30 h. Entradas exclusivamente en la web:

2 € Amigos del Museo / 3 € público general (entrada al Museo no incluida). Mínimo 8 personas por grupo/máx. 20.

*Patrocina Fundación Vizcaína Aguirre. La Fundación Hermann y Margrit Rupf

Los Rupf fueron los primeros coleccionistas privados suizos que centraron su labor en el arte abstracto. En 1954 decidieron ceder sus obras —unas 250 piezas y numerosos libros de arte—, en calidad de fundación, al Kunstmuseum Bern. Sin perder de vista el núcleo que conforma la magnífica colección de arte reunida por Rupf, en la actualidad la fundación sigue ampliando la colección con piezas del arte contemporáneo más reciente.

Hermann Rupf apoyó reiteradamente la escena artística local, a menudo a pesar de sus preocupaciones y temores personales. Financiaba con regularidad a diversos creadores y su compromiso con el público pronto le llevó a prestar cuadros de su colección. A mediados de la década de 1930 la pareja de coleccionistas empezó a reflexionar sobre el lugar en el que debería quedar depositada la colección para que pudiera mostrarse públicamente. Casi veinte años más tarde, en 1954, consiguieron, por fin, crear la Fundación Hermann y Margrit Rupf.

Tras la muerte de los fundadores a comienzos de la década de 1960, la Colección de Hermann y Margrit Rupf, que constaba de 41 pinturas, 14 esculturas, 23 dibujos, 149 estampas y 32 libros con grabados originales, pasaron a depositarse en el Kunstmuseum Bern. Además, los Rupf cedieron a la Fundación el resto de su patrimonio, garantizando así que en el futuro pudieran continuar realizándose adquisiciones.

En 1956, la Colección fue catalogada y expuesta por vez primera en el Kunstmuseum Bern. Durante los primeros años, Hermann Rupf siguió muy de cerca las actividades de la Fundación y se planteó

la posibilidad de vender algunas obras. En 1961 falleció Margrit Rupf y, un año más tarde, su esposo la siguió. A partir de ese momento, la responsabilidad de las nuevas adquisiciones se transfirió al Patronato.

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